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Política sindical, lucha de clases

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por Leonardo Vazquez

Importancia:

Como se dijo en estas páginas, el estudio del desarrollo del Partido Revolucionario de los Trabajadores-Ejército Revolucionario del Pueblo y su incidencia en las posteriores generaciones de militantes y organizaciones de izquierda merece un análisis constante y sostenido que, a pesar de la notable producción de los últimos años, aún sigue sumando necesarios capítulos y aportes valiosos y de los otros. Faltan experiencias por investigar, compañeros por reivindicar, desaparecidos por identificar, y sobre todo proyectos, momentos y contextos por comprender.

No prestamos atención, al menos no para escribir este artículo, a los trabajos que aún cuestionan la legitimidad de la decisión de alzarse en armas para combatir a la dictadura cívico-militar y procurar alcanzar una victoria política en la lucha de clases que permitiese modificar la correlación de fuerzas entre sometido y opresor. Pero si nos interesan aquellos aportes que, con resultados desparejos, intentan abrir caminos para aprender y aprehender de  los intentos previos y tomar lo mejor de los que asumieron el compromiso de poner el cuerpo en los desafíos de su época. Dijo Walsh que “Nuestras clases dominantes han procurado siempre que los trabajadores no tengan historia, no tengan doctrina, no tengan héroes y mártires. Cada lucha debe empezar de nuevo, separada de las luchas anteriores: la experiencia colectiva se pierde, las lecciones se olvidan. La historia aparece así como propiedad privada cuyos dueños son los dueños de todas las otras cosas. Esta vez es posible que se quiebre ese círculo.”

Las conclusiones que permiten avanzar parten, o pueden partir, de preguntas muy sencillas con respuestas muy complejas: ¿Cómo se puede continuar el camino sin repetir errores y buscando diversos métodos,  partiendo del ejemplo de una organización política que eligió la lucha armada en un contexto tan distinto al actual? Esta punta de análisis se pregunta por lo negativo de esa influencia, si es que existe, porque lo positivo parece estar más o menos claro, al menos desde cierto ángulo de observación al que este texto pretende arrimarse. O más sencillo, y más profundo, relativizando totalmente el valor de la pregunta anterior: ¿Las causas que movilizaron los enfrentamientos de aquellas realidades aparentemente tan lejanas, han desaparecido? ¿Es el contexto actual realmente tan distinto? ¿La relación entre el patrón y el obrero (léase en términos metafóricos) se modificó aunque sea un poquito a favor del más débil?

Para quebrar ese círculo que señala el autor de la Carta Abierta de un Escritor a la Junta Militar-1977 son importantes trabajos como los del Grupo Mascaro, Cine Americano. En este caso volvimos a ver unos de los desprendimientos de su investigación central sobre PRT-ERP (Gaviotas Blindadas), que se propone revisar la construcción sindical y la inserción de la organización en el movimiento obrero organizado de Córdoba de principio de la década del 70. Hablamos de CLASE, LA POLÍTICA SINDICAL DEL PRT – ERP, de 2006. Su sinopsis dice algo así como: “…este documental refleja la experiencia de los obreros cordobeses de la década del 70’, quienes impulsaron los sindicatos clasistas, las tomas de fábrica, el  “Viborazo” y la alianza con Agustín Tosco. El PRT, con sus militantes obreros, contribuyó en el desarrollo de estos sindicatos desde la década del 60′. Su objetivo fue resolver las contradicciones del sistema, a través de una actuación revolucionaria práctica, sin olvidar que la historia de  la humanidad es la historia de la lucha de clases…”. Veamos entonces…

 

Película

Uno de los momentos que marcan el espíritu del documento audio-visual, (que en realidad es reflejo del corazón de la discusión sobre la importancia de tener una solida participación del Partido en las fábricas) aparece al principio, con un testimonio del médico, historiador y escritor Abel Bohoslavsky que recuerda que la organización se planteaba fuertemente, desde su nacimiento y con mas preocupación en esos años (69, 70, 71) la conformación del Partido. Un partido de la clase obrera tiene necesariamente que integrarse por obreros, según la opinión de unos, entre los que se cuenta Bohoslavsky.

Otros entendían que eso era para un partido de masas. El ex militante le da sentido al comentario señalando que en aquel momento había cerca de 12 mil obreros en la fábrica de la automotriz Kaiser de la provincia, y el objetivo era captar al 1% de esa masa, o sea llegar a 120 trabajadores enrolados en los gremios que fueran militantes revolucionarios. La anécdota cierra recordando que en ese momento el PRT no tenía 120 militantes en toda Córdoba…

Es importante mencionar que el PRT nació como un partido de cuadros, marxista-leninista-guevarista, que priorizaba la formación política ideológica para afianzar la conducción de la clase obrera, y que siempre fue un debate hacia adentro de la organización la conformación del cuerpo militante. No estuvo en duda la importancia de contar con representación en los gremios y los sectores populares, sino el lugar que esos militantes deberían ocupar en el armado partidario. La ruptura y el alejamiento del sector conducido por Nahuel Moreno, que proponía la agrupación sindical y la huelga revolucionaria como principales herramientas de lucha, fue un capitulo de esos debates internos que se evidencio en las diferentes ideas de estrategias pero que en el fondo fue parte de un choque político fundamental. El sector de Santucho se inclinaba por el combate armado y esa discusión demoró (para algunos determinante y drásticamente) la formación del ERP, que finalmente se concreto el 25 de mayo de 1970.

El ERP sí fue concebido desde un principio como un aparato militar popular, que podría sumar en sus filas a combatientes de diferentes vertientes ideológicas que compartieran el odio de clase por el enemigo.

Clase narra con buen detalle las primeras tomas de fábricas que tuvieron el objetivo de recuperar el sindicato en manos de la burocracia colaboracionista del régimen militar y luego de combatir los despidos y la persecución a los delegados de las comisiones internas de la FIAT-Concord. Esas exitosas acciones no estuvieron ajenas a las discusiones internas sobre métodos y modalidades.

 

De Espadas y Serpientes

Uno de los momentos más desarrollados del documental es el de las jornadas conocidas como el “Vivorazo” o “Segundo Cordobazo”. El 1 de marzo de 1971 el gobierno militar del general Roberto Levingston designó como nuevo interventor de la provincia de Córdoba al dirigente conservador José Camilo Uriburu (sobrino de José Félix Uriburu, el general dictador que inauguró los golpes de estado derrocando al presidente Hipólito Yrigoyen en 1930).

El nuevo represor dio un discurso dedicado a las organizaciones sociales, sindicales y políticas de la época: “…confundida entre la múltiple masa de valores morales que es Córdoba por definición, se anida una venenosa serpiente cuya cabeza pido a Dios me depare el honor histórico de cortar de un solo tajo”.

Esas dos semanas estuvieron marcadas por movilizaciones y protestas constantes, que fueron duramente reprimidas provocando la muerte del obrero de FIAT de 18 años de edad Adolfo Cepeda. El archivo de la cobertura periodística de su asesinato con la imagen de su cuerpo sin vida es rescatado en el documental en uno de los momentos más emotivos del film, al que Spinetta le pone el color musical.

La CGT convoco un paro nacional para el 15 de marzo y los sindicatos clasistas de SITRAC-SITRAM de la automotriz, vinculados al PRT, se movilizaron a la plaza Vélez Sarsfield conduciendo las marchas de los gremios combativos, de la izquierda y la juventud estudiantil.

Por la noche, Uriburu felicitó a los efectivos de la Policía Federal por su eficiencia en la tarea de “desalojar a la víbora del barrio Clínicas”, clásica área de residencia estudiantil y uno de los epicentros de las luchas del período.

La densidad de las protestas produjo la renuncia del interventor Uriburu al día siguiente. Ese día el tradicional diario local, La Voz del Interior, publicó una caricatura que mostraba una víbora comiéndose a Uriburu. Una semana después Lanusse reemplazo a Levigston en la presidencia de facto. La Revolución Argentina comenzaba a ahogarse.

 

Capitulo Sallustro

El 10 de abril de 1972 un comando conjunto del ERP y FAR ajusticiaba en Rosario a uno de los jefes de la represión local, el salvaje general asesino y torturador Juan Carlos Sánchez.

El mismo día, en una casa operativa con cárcel del pueblo del barrio de Mataderos, en la Ciudad de Buenos Aires, moría de varios disparos el empresario ítalo-paraguayo director de FIAT-Concord/Argentina Oberdan Sallustro, en un confuso enfrentamiento entre las fuerzas de la represión y los militantes revolucionarios que lo mantenían secuestrado.

Unos meses antes, el 26 octubre del 71 el ejército ocupo las instalaciones de la fábrica automotriz en Córdoba. Entraron con tanquetas y armas largas y dieron a conocer la disolución del gremio dispuesta por el ministerio de trabajo y el despido de la comisión interna, el cuerpo de delegados y el activismo: cerca de 500 empleados.

El ex militante y delegado Domingo Bizzi cuenta en Clase que el Partido le comunicó a sus dirigentes gremiales que una de las exigencias para la liberación de Sallustro sería la reincorporación de los despedidos de FIAT, a condición de que los trabajadores estuvieran de acuerdo. Otra vez las diferencias entre los partidarios de las acciones de la lucha armada y los que se inclinaban por utilizar solo las herramientas sindicales (posición difícil de explicar toda vez que se trata de un tipo de lucha legal, que pretendía insertarse en un contexto signado por un régimen dictatorial que eliminó las garantías constitucionales, violó los derechos humanos, y criminalizó y reprimió cualquier tipo de expresión opositora). Primó la posición de los militantes del PRT dentro del gremio y los reclamos laborales fueron incluidos en la negociación por la liberación del secuestrado.

El histórico dirigente de SITRAC Gregorio Flores vuelve en esta parte de la película sobre el tema central del debate y la importancia de profundizar la mirada sobré la época: “…es un tema muy complejo, cuando la guerrilla hacia las grandes acciones la gente se ponía contenta, lo veía con mucha simpatía, pero a su vez tenía sus contras, porque los que estábamos adentro de la fábrica, los que éramos activistas y delegados,  quedábamos descubiertos, entonces la represión sacaba a los cabezas y los cagaba a tiros, así que esto habría que estudiarlo mejor, pero que despertaba simpatía entre la gente y que se ganaba un prestigio bien ganado, también es cierto…”

La historia se entiende sin los detalles que el documental no incluye, pero no está de más recordar que el presidente de la FIAT internacional viajó desde Italia para negociar con los dirigentes del ERP y logro entrevistarse con Mario Roberto Santucho y su abogado Eduardo Luis Duhalde en el penal de Devoto. Aceptó todas las condiciones impuestas por los revolucionarios. Hasta el presidente de Italia le había pedido a la dictadura que negociara para lograr la liberación de Sallustro, pero el genocida Lanusse se negó a cambiar la libertad del empresario por la de los presos políticos.

En una conversación para otro trabajo el “Colorado” Jorge Marcos[1] le conto al autor de estas líneas que en los preparativos de la fuga del penal de Rawson los responsables del grupo de apoyo externo le habían propuesto a los dirigentes presos secuestrar al contraalmirante Francisco Agustín Aleman para tenerlo de contra-seguro y garantía para una eventual negociación en caso de que el escape de la cárcel de máxima seguridad se complicara. Finalmente “Robi” Santucho ordenó que no se realizara ese secuestro porque la experiencia marcaba que las condiciones de control y tratamiento se habían endurecido luego del secuestro de Sallustro, y que el hecho había sido el motivo principal del traslado de los presos políticos de Devoto a Rawson, y una seguridad más estricta en la cárcel de Chubut podría hacer abortar el avance del plan de fuga.

 

El “Goyo” Flores

La historia oficial de los movimientos populares y sus héroes le debe aún un reconocimiento a un prócer del sindicalismo argentino que es valorado en este documental: Gregorio “Goyo” Flores[2], como se dijo, delegado de SITRAC/Fiat, vinculado al PRT, que participó del Cordobazo y los reclamos sociales y laborales de la época en Córdoba, estuvo preso en Rawson, que en 1983 fue candidato a presidente de la nación por el Partido Obrero y que cuando falleció en 2011 dejo 4 libros editados [3] sobre su experiencia militante.

Clase tiene varios momentos que quedaran en la historia de la historia de la lucha de clases reciente de nuestro país y algunos, los más significativos, son testimonios, recuerdos, anécdotas de Gregorio Flores, que esta reseña enunciará sin detalles para que el lector que aún no llegó a las imágenes se vea obligado a hacerse el favor de incorporarlas:

Flores rememorando una charla en la que le expresó personalmente a Agustín Tosco el reconocimiento de su autoridad y la representatividad en el movimiento obrero que tenía el dirigente de Luz y Fuerza; una anécdota en la que el Negro Mauro[4] fue abucheado por sus compañeros por pedir un repudio a la invasión a Santo Domingo por parte de los marines norteamericanos en el marco de una asamblea para discutir convenios colectivos de trabajo; y la conclusión de que las fabricas recuperadas por los trabajadores y gestionadas sin patrón en la actualidad son la constatación de que los reclamos de los obreros de las décadas del 60 y 70 eran realizables, además de legítimos.

 

Final

Esta reseña no pretende (ni podría, por falta de pericia de su autor) ser una guía o crítica técnica de Clase, pero a título meramente orientativo puede señalarse que se trata de una estructura clásica de documental que intercala testimonios de entrevistas con repaso de archivo que van construyendo la narración y contextualizando los recuerdos de los entrevistados. El excelente y nutrido rescate del documento de época (grafico, sonoro y audio-visual) es una marca que distingue a los trabajos del Grupo Mascaró de otros documentales sobre aquellos años, y aun sobre la misma organización. Va a los extremos con  anécdotas graciosas y momentos densos y dramáticos que confirman eso de la alegría de luchar por la liberación aun cuando los riesgos no tienen límites. Clase no agota el capítulo Córdoba, pero sí desarrolla en profundidad los episodios que elige contar y sobre todo ofrece preguntas (y herramientas para intentar respuestas) al análisis de las construcciones de los años oscuros de nuestro pasado cercano. El PRT surgió al calor de las luchas obreras de los trabajadores azucareros de Tucumán[5], la quema de los ingenios con dirigentes como Antonio del Carmen “Negrito” Fernández. Desarrolló una alta expresión de sindicalismo combativo en ciudades o episodios como Rosario[6], el Cordobazo[7], Buenos Aires (Ford, Astilleros Astarsa, Mercedes Benz, Molinos, etc.), dirigentes como Juan Eliseo Ledesma[8], o el mismo Agustín Tosco[9], la separación entre el FRIP (Frente Revolucionario Indoamericano Popular) y Palabra Obrera…son solo algunos de los nombres, lugares y momentos que merecen, un documental como Clase, La Política Sindical del PRT-ERP/Capítulo Córdoba.

-Más información sobre sindicalismo y PRT en: http://trabajadoresydelegadosdelos70.blogspot.com/ o en http://atrapadosenradio.blogspot.com.ar/2011/12/trabajadores-y-delegados-de-los-70.html

 


[1] Histórico militante del PRT-ERP de Rosario. Fue el responsable del grupo de apoyo externo al plan de fuga de Rawson. Participo de la Compañía de Monte Ramón Rosa Jiménez.

[2] El muy buen documental “Memoria Para Reincidentes” del grupo Contraimagen (vinculado al Partido de los Trabajadores Socialistas-PTS)  también lo tiene entre sus protagonistas

[3] Escribió los libros: “Sitrac Sitram, del Cordobazo al clasismo” (editado en 1985 y 2004); “Lecciones de Batalla” Gregorio Flores, una historia personal de los `70, Ediciones Razón  y Revolución 2006 y el libro de cuentos “Las brujas existen, y usted tiene una en su casa”.

[4] Carlos German, dirigente obrero Cordobés, militante fundador del ERP, llego al Buró Político del PRT.

[5] El periodista y ex militante del PRT-ERP Eduardo Anguita realizo el documental “El Azúcar y La Sangre” en 2007

[6] El cineasta y militante revolucionario Raymundo Gleyzer  realizó cortometraje “sobre el secuestro de Stanley Silvester, gerente del frigorífico Swift y cónsul británico, en mayo de 1971, liberado días después a cambio de modificaciones en las condiciones laborales y reparto de víveres entre los trabajadores y en los barrios humildes de Rosario.” (Pablo Russo en http://tierraentrance.miradas.net/2013/05/reviews/expresion-filmica-de-la-guerra-popular-comunicado-cinematografico-del-erp-numeros-5-y-7-swift.html )

[7] Recomendamos ver el Documental “Ya es Tiempo de Violencia”, del cineasta desaparecido, militante de Montoneros Enrique Juarez” (Mas info en http://tierraentrance.miradas.net/2010/04/entrevistas/j-martinez-suarez-habla-de-enrique-juarez.html)

[8] Juan Eliseo Ledesma (Comandante Pedro). Fue un guerrillero cordobés del ERP, que se recibió de tornero en el secundario, luego fue delegado gremial del SITRAC-SITRAM en la FIAT. Murió asesinado en el centro clandestino de detención de Campo de Mayo, en 1975

[9] Puede verse “Tosco, Grito de Piedra”, de 1998, de los realizadores cordobeses Adrian Jaime y Cecilia Merchan

 


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